dimarts, 19 d’abril del 2016

Descobreix a la jove eivissenca arqueòloga María Bofill

La ibicenca María Bofill se doctora en Arqueología prehistórica gracias a sus investigaciones en yacimientos sirios entre 2007 y 2011

19.04.2016 www.diariodeibiza.es

 



María Bofill quería ser astrónoma, pero ha acabado excavando en el desierto de Siria a 50 grados a la sombra. Antes miraba con asombro las estrellas, en parte por la influencia de Chus Palomeque, profesora de Química del instituto Sa Blanca Dona, y en parte por su tío, José Luis Bofill, presidente de la Asociación Astronómica de Ibiza. Pero a esta doctora en Arqueología prehistórica le fascinan ahora los instrumentos de molienda del neolítico, sobre los que ha escrito una tesis (cum laude) de larguísimo título: ´Inicio y consolidación de las prácticas agrícolas durante el neolítico en el Levante mediterráneo (septentrional y central): el proceso de molienda y trituración a partir del análisis funcional del instrumental macrolítico´. Investigadora postdoctoral del departamento de Prehistoria de la Universitat Autònoma de Barcelona, forma parte del Grup de Recerca Arqueològica en el Mediterrani i Pròxim Orient que dirige Miquel Molist, catedrático de Prehistoria de la UAB, una eminencia en esa materia y mentor de la ibicenca.



Un libro sobre arqueoastronomía (estudio de los yacimientos arqueológicos con función astronómica, como Stonehenge) que acabó en sus manos le cambió la vida. De querer conocer los secretos de los agujeros negros pasó a investigar los cambios que supone el surgimiento y la consolidación de las prácticas agrícolas en el Levante mediterráneo a partir del análisis de una parte del proceso agrícola: la molienda y la preparación de los plantas para su consumo. En el período que estudia, el neolítico, «las comunidades humanas del Próximo Oriente experimentan y consolidan nuevas formas de producción de alimentos, como la agricultura y la ganadería, así como nuevos patrones de ocupación del territorio (hay poblados sedentarios cada vez más grandes) y nuevas formas de organización económica y social. Es, asegura, un paso fundamental en la evolución humana: en cuatro milenios (10200-6000 a. C.) el hombre crea un nuevo sistema socioeconómico que marcará el desarrollo de las comunidades siguientes del Próximo Oriente y, posteriormente, también del continente europeo.

La mayor parte de sus investigaciones las ha realizado en yacimientos sirios: el principal ha sido el de Tell Halula, cerca de Membij, pero también ha estado en los de Tell Aswad (situado entre Damasco y su aeropuerto); Jeef el Ahmar, en el Valle del Éufrates, y Chagar Bazar, en Hassake, algunos tomados por Daesh. Allí llegó por primera vez en 2007, tras acabar la carrera de Historia en la UAB: «Estaba haciendo planes, contactando con profesores de Mallorca para hacer la tesis sobre Balears, cuando Miquel Molist me ofreció trabajar ese verano en un yacimiento de Siria. Allí me quedé pasmada y alucinada con la arqueología neolítica del Próximo Oriente. El yacimiento es increíble, de los más espectaculares de ese periodo por su buena conservación. A los pocos meses me concedieron la beca prodoctoral, lo que me dio cuatro años de estabilidad para poder sacarlo».

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